miércoles, 4 de marzo de 2009



vestidito de viyela

cuándo tomamos conciencia
que hemos de morir
que ese instante que nos precedió
puede ser el último el penúltimo el postrero

cuando vemos como en telaraña
las horas los días los títulos los honores
y nos decimos

que será de quienes queden
¿dejaremos algo más
que unos bienes registrables?

cuando agonizamos del sueño
y tememos dormir
por no despertar
o dejamos abierta la cortina
para que el sol de la mañana
destruya cualquier conjuro

qué día o qué cumpleaños
nos vimos
con el vestido de viyela
frente a un ropero
que tenía una inmensa luna de Venecia
el mismo que confesara
que ese
sería nuestro último día de felicidad

es verdad
eso pasó hace treinta años
en una ciudad calurosa y a la siesta
antes de que llegaran los invitados
antes del papel de celofán
día de cumpleaños
número seis

luego, vendría el resto de tus días
días naranja
días de golosina,
de vodka,
días de escribir y escribir
escribir por no morir
escribir y creer
inocentes
que alguien
al leernos
nos revivirá
Texto del inédito "Ultimos pájaros de la tarde o el negocio de la nostalgia"
Foto: octubre de 2002 Mariscala de las Flores (Región mixteca Mexico, niños a los que les dimos taller de poesía, y uno de ellos, me regaló una poesía escrita por él y me confesó que iba a ser poeta cuando fuera grande)