jueves, 2 de abril de 2009

JUAN LOPEZ Y JOHN WARD



Dos de abril:

JUAN LOPEZ Y JOHN WARD
(“LOS CONJURADOS”, J.L.BORGES)

"Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.
Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer El Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender".

Esta foto es testigo de nuestra vocación por las pérdidas: de ella ya no quedan ni las vidas de esos jóvenes-probablemente-, ni las islas, ni esa línea aérea de bandera…
Por eso, la conclusión de un día como hoy, 2 de abril, tan cercano a otro como el 24 de marzo, me obliga a decir algo que cuesta poner en palabras:
Argentina, cómo duele.