domingo, 31 de mayo de 2009
preguntas de Santino

Qué bueno comenzar el domingo escuchando a este hombre...
Acompañé como pude, como mejor recordaba, las partes de la soprano.
Mi voz surgió como cuando era niña, adolescente, y mi pecho era un manantial de sonidos que sorprendían.
En esas épocas, en las que todos apostaban a qué se dedicará la niña, nadie descartaba que fuera a ser soprano. Colón, La Fenice, La Sacala, Lincoln Center, Opera de Vienna...
Tampoco descartaban que, además, sería una profesional exitosa...
No pude cumplir con todo. Relegados quedaron mis deseos más profundos, por un título que luce colgado a un costado de mi escritorio.
Pero cuando canto, cuando mi pecho se infla de música, cuando reconozco que puedo cantar cualquier cosa (aunque no lo haga con frecuencia) y me emociono hasta las lágrimas al cantar, me digo:
¿Qué estoy esperando?
¿Qué esperamos todos aquellos que amamos otras actividades que precisamente no practicamos con frecuencia?
¿Quién nos ha enseñado a ser de esa manera?